-Voy al lienzo con un propósito determinado, a veces; otras, con un propósito confuso, y hasta sin propósito alguno.
Recientemente, he comenzado a buscar una integración de detalles en el cuadro, cosa que casi no había hecho hasta ahora, ya que trataba la pintura mucho en las masas y poco en los particulares.
En el acto de pintar advierto la intervención de dos factores: el primero, el rechazo (rehusamiento de superficies y formas que me parecen "fáciles", huída de la verosmilitud visual del natural y evitación de aquellas soluciones que no encuentro coherentes con el sentido de igualdad que deseo para tratar las diferentes zonas del cuadro). En el segundo factor ("lo que quiero hacer", dejando amplio margen a la improvisación), están, oscuras, las razones interiores ligadas, claro está, a estímulos visuales de un mundo que es, también real-críticamente real- en su conflictiva naturaleza social, en su historia-.
Recientemente, he comenzado a buscar una integración de detalles en el cuadro, cosa que casi no había hecho hasta ahora, ya que trataba la pintura mucho en las masas y poco en los particulares.
En el acto de pintar advierto la intervención de dos factores: el primero, el rechazo (rehusamiento de superficies y formas que me parecen "fáciles", huída de la verosmilitud visual del natural y evitación de aquellas soluciones que no encuentro coherentes con el sentido de igualdad que deseo para tratar las diferentes zonas del cuadro). En el segundo factor ("lo que quiero hacer", dejando amplio margen a la improvisación), están, oscuras, las razones interiores ligadas, claro está, a estímulos visuales de un mundo que es, también real-críticamente real- en su conflictiva naturaleza social, en su historia-.
Emili Porta (León, 1971)
